Cuando miro al cielo quisiera me succionara como un sopapo ansioso y caliente. Para luego dejarme caer, de un puro empujón, en la piscina de mi jardín.
En otros tiempos me preocupaban el mundo que nos rodea y todas las circunstancias exteriores, de qué manera influían en las personas, y
cómo las personas influían en ellas.
Ahora me interesa, cada vez más,
aquél que entra en su casa, cierra la puerta y se queda solo consigo
mismo.
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