EMECE

La música nos encontró,
un pájaro con alas de acero
y sangre diesel nos distanció.
Regamos de amor
el agua salada,
nos perdimos en la profundidad,
distancia brutal,
de su océano.
Mientras, la pasión pulula
ciber espacialmente, inmortalmente.
El recuerdo habita
dos pedazos de corazones
nobles de pura tibieza.
Cuánta distancia,
kilómetros de dolor
agotaron mi pecho.
De vez en cuando
nos encontramos por las esquinas
de tokio blues
el recuerdo habita
y la tibieza asoma.
Bendita la música.
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